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miércoles, 30 de abril de 2008

Olvido

Bendito tú, que me has hecho olvidar al que no conseguía olvidar. Tu conversación, tu risa, tus labios, tu tacto, tu regalo. Regalo de fin de abril. Regalo de primeros de puente, de aniversario de rebelión. Mi amigo de meses, redescubierto entre humo, entre vibraciones. Tus manos pequeñas y hábiles. Tus ojos chispeantes. Tu cuerpo relajado. A media luz y gotas de sangre por accidente. Luego prisas, es la hora. Adiós, hasta la próxima vez que volvamos.

martes, 29 de abril de 2008

Visita al veterinario

Hoy he tenido la traumática experiencia de llevar a tres gatos al veterinario. En viajes sucesivos, claro. Llevar a un gato que maúlla a unos 200 decibelios por la calle, y todo el mundo te mira, no es muy agradable para alguien a quien le gusta pasar desapercibida como yo. Si encima me encuentro con una multa en el parabrisas de mi Kia Picanto por estar en doble fila, después de 15 minutos de estar en la consulta vacunando a mi gato, el disgusto es completo. Y si la operación hay que repetirla por tres veces.... creo que me tengo merecido un buen descanso. Y mis pobres gatos estresados también. Me dolía tanto verlos maullar lastimeramente sobre la mesa de la clínica, como si los estuvieran destripando sin anestesia. Ya liberados en casa, una latita de paté de salmón contribuyó a que se les olvidara el mal trago. Yo casi necesito un valium.

viernes, 25 de abril de 2008

A traición. Así llegaste. Así te has ido. Sin avisar. Visto y no visto. Efímero e intenso como una estrella fugaz. Sólo me queda recordarte. Evocarte alivia mi sufrimiento. O lo acentúa, no estoy segura. Escribirte mensajes en la botella que nunca llegarán a puerto. Sentir tu último beso. Notar tu última caricia. Oir tu última palabra. Mil veces repetida. Dándome la espalda por última vez. Imaginarte atareado y lejano, quizá feliz, ignorante de mi pena. Sereno y pausado, como siempre. Yo disfrutando en mi dolor, dramática, romántica, exagerada sin remedio. Escribiendo para no hundirme. Para no reventar por dentro. Ya ningún otro beso me enciende. Ninguna caricia me alivia. Sólo son sombras inútiles, sucedáneos patéticos. Buena faena me has hecho. Tendré que aprender a olvidarte. O a convivir con tu recuerdo.

miércoles, 23 de abril de 2008

Huele a primavera

Por primera vez este año. Salgo de la oficina ya de noche y me huele a temperaturas cálidas y a pino. Respiro hondo. Siento mi sangre que se altera como el tópico. En el acto, quiero anestesiarme, para no sentirla golpeando en mis venas. Demasiado tarde. Mi piel se eriza. Mis mejillas se sonrosan. Me pregunto por qué la primavera me pone tan triste.

domingo, 20 de abril de 2008

Qué malo es no entender. No saber por qué te fuiste. No saber por qué me dejaste así. Esperando. En medio de la acera, bajo la luz de la luna. Empieza a hacer frío y parece que chispea. Pero dijiste que volverías. Y te creo. Aunque siguen pasando las horas y sigues sin volver. Te habrá surgido algo urgente. La luna ya no se ve. Empiezan a caer gotas gordas. Pasan taxis ocupados. Me abrazo y camino para no tener frío. No tengo capucha. No tengo paraguas. Te ha debido pasar algo muy grave. Cuando te despediste me diste un largo beso. Dijiste que enseguida volvías. Llueve a cántaros. Me meto en un portal. Miro el móvil y funciona. Te llamo. Apagado o fuera de cobertura. Te ha debido pasar algo muy malo. Pero no te preocupes. Yo seguiré esperando.

domingo, 13 de abril de 2008

La Tienda


- Buenos días. Quiero unas tenazas para sacar espinas del corazón.

- Muy buenos. ¿Está segura de que la espina está en el corazón?

- Pues sí, segura, la noto con total claridad. Que las tenazas sean de madera, por favor.

- Tendré que ir a ver si me quedan. ¿De qué tipo es la espina?

- Es una espina por desamor.

- Bien, ¿y es grande? ¿a qué profundidad está?

- Muy grande no es, eso es lo malo, que no se ve fácilmente, pero está bien agarrada y bastante honda.

- Voy al almacén a buscarlas.

- Bien. Le espero.

- Pues se me han acabado. Tendré que encargarlas. Pero he encontrado estos alicates y estas pinzas de plástico. Quizá le sirvan.

- Los alicates no me sirven, son metálicos y fríos y ya bastante sensible tengo el corazón. Por eso quería unas tenazas de madera. Las pinzas podrían valer, si la espina no estuviera tan agarrada y profunda.

- Pues lo siento, es todo lo que tengo.

- No se preocupe, miraré en otra tienda.

- También puede aprender a vivir con la espina. Mucha gente lo consigue.

- Tiene razón. Puede que lo haga. Muchas gracias por todo.

sábado, 12 de abril de 2008

Dos

Inquietud, paz, rebelión, tranquilidad, estremecimientos, placer, angustia, dudas, seguridad, desasosiego, felicidad, desesperación, noche, día...

Todo se acumula cuando nos enamoramos. Todo lo bueno y todo lo malo. Todo el placer y todo el sufrimiento. Angustia y desasosiego. Euforia y placer. Llegar a las estrellas. Hundirse en lo más hondo de los abismos.

Tú ya no eres tú. Hay otro ser que te influye. Otro ser que te condiciona. Cuya existencia te interesa y te preocupa casi más que la tuya propia.

Y si no hay correspondencia... Es el más terrible de los infiernos. La soledad total. No poder dejar de pensar en alguien y que ese alguien ni se acuerde de tí.
Desear estar a su lado, tocarle, besarle, sentirle, abrazarle. Y no poder. Y el tiempo que pasa tan lentamente...

jueves, 10 de abril de 2008

Estremecimiento

Me recorre todos los nervios. Desde la punta de los dedos hasta la espina dorsal. Como un calambre. Como un látigo tenue. No es dolor, pero es desagradable. Se detiene largo rato en mi garganta y en el centro de mi pecho. Y vuelve a recorrer el camino de vuelta, como un relámpago. Es extraño, sólo lo siento cuando no te siento. Cuando estás lejos. Cuando dudo de tí, de mí y de todo. Por el solo hecho de existir, de haberte encontrado.

miércoles, 9 de abril de 2008

Aguas mil

Litros y litros cayendo sobre casas, coches, árboles, personas, perros, farolas, escaparates, niños, motos, gatos, charcos, calles, bancos, parques, y sobre tí.

Yo tras los cristales. Viendo el agua caer y pensando en tí. Inevitablemente. Recordando tu voz, tus manos, la suavidad de tu piel. Tu mirada, tu sonrisa, tus gestos. Y viendo llover.

domingo, 6 de abril de 2008

Piel


Una sensación indefinida. Que siento a flor de piel. Cuando estás a punto de irte. Cuando te acabas de ir. Empiezas a faltarme. No quiero sentir esto. Vacío, cosquillas en los dedos. Frío de repente. Me niego a echarte de menos.