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martes, 17 de mayo de 2016

Selva de cardos

Hacía casi un año que no visitaba a mi madre en el pueblo. Y lo primero que vi al entrar en el patio, fue una auténtica selva amazónica... de cardos.

Que las imágenes hablen por sí solas.




Hay cardos grandes:



Más altos que yo. Cardos pequeños:


Y cardos que empiezan a brotar:

Incluso tienen flores:

Rodeadas de espinas...

Pero lo que más me sorprendió, fue que en medio de esta selva de cardos, habían crecido a duras penas otras plantitas.

Como estas con flores moradas.


O estas margaritas:



En grupos numerosos:


Incluso un ramillete de espigas de trigo:


Estuve entretenida sacando fotos mientras fumaba. Observando cómo la naturaleza se abre paso cuando nada se lo impide. Si se la dejara, los cardos entrarían en la casa y colonizarían habitación por habitación. Cuando mi madre ya no esté, tal vez lo hagan.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bonita se miraría esa casa con una pintada y una buena escardada como decimos por aquí o limpieza de toda esa hierba tremenda con espinas. Veo que tienen manzanilla (las margaritas) y una higuera.
Así es el abandono da paso a la maleza eso mismo pasa con nuestra persona cuando ya no le ponemos atención. Buena moraleja esto de los matorrales.
Casi no visito tus "otros" blogs mi querida Alicia mas bien me enfoco al principal.

Saludos....

Alicia dijo...

En su día, cuando mi padre vivía, sí que era bonita, ahora me doy cuenta, pintada de cal, las persianas pintadas de amarillo, el jardín cuidado con su abono y su riego...
No es manzanilla, son margaritas normales y corrientes, y tenemos dos higueras, pero no se ven por los cardos.
Tienes razón con el símil. Y hay que tener una razón, un motivo, para cuidarse, y a menudo es difícil de encontrar...
No te preocupes, tengo tantos blogs...
De todas formas, puedes subscribirte por email :)
Muchas gracias por comentar, mi mexicana favorita :)
Besos